Martín Mestre en Barranquilla (Colombia), en abril de 2023
Martín Mestre en Barranquilla (Colombia), en abril de 2023

La implacable búsqueda de justicia: Martín, el padre que dedicó 30 años a perseguir al asesino de su hija

Brasil envía a Colombia al prófugo Jaime Saade, que ingresará en prisión para cumplir su condena.

La madrugada de este jueves, el prófugo Jaime Saade fue arrastrado de vuelta a la vida que dejó congelada en el amanecer del 1 de enero de 1994. En ese fatídico Año Nuevo, tras dejar a Nancy Mariana Mestre al borde de la muerte frente a las puertas de un hospital en Barranquilla, Jaime Saade se esfumó en la oscuridad, una huida que se extendió durante tres largas décadas. Pero Martín Mestre, el padre de la joven de 18 años que luchó por su vida durante nueve días antes de sucumbir, nunca dejó que el pasado se desvaneciera en la memoria. Martín persiguió a Saade con una determinación férrea, convirtiendo la búsqueda de justicia en el único propósito de su existencia.

Finalmente, en 2019, en Brasil, Martín encontró a Saade, cuando el reloj de la condena ya estaba a punto de expirar. Ahora, cuatro años después, a sus 82 años, Martín se sienta en silencio en su apartamento en Barranquilla mientras el avión devuelve a Saade al punto de partida. Por primera vez en tres décadas, este padre podrá dormir sin la ansiedad de levantarse al día siguiente para perseguir al asesino de su hija.

"Pienso darle punto y final a esta historia", dice Martín por teléfono poco antes de la extradición. Pero sabe que en esta vida nada se da por sentado. Durante 26 años, luchó con mil derrotas y algunas pequeñas victorias. Cada semana, sin importar el riesgo de ser molesto, se presentaba en los juzgados para asegurarse de que la orden de captura siguiera vigente. Se convirtió en una especie de "Forrest Gump", compartiendo su historia con quien quisiera escuchar, y algunos que no. Utilizó las redes sociales para obtener información y, como miembro de la reserva de la armada, adquirió habilidades de rastreo a través de un curso de inteligencia.

Mientras tanto, Jaime Saade, ahora Henrique Dos Santos Abdala, vivía en Belo Horizonte, Brasil, ajeno al tormento del padre de Nancy. Pero Martín no se detuvo. A través de perfiles falsos en Facebook, dirigió a la Interpol hacia Saade, lo que finalmente llevó a su captura en 2019. La noticia de la detención hizo caer a Martín de rodillas, llorando y dando gracias a Dios en su patio.

Sin embargo, el camino hacia la justicia aún no estaba despejado. La extradición se enfrentó a obstáculos en la Corte Suprema de Justicia de Brasil, donde el empate de los jueces inicialmente favoreció a Saade. Pero Martín no se rindió. Con la ayuda de la abogada Margarita R. Sánchez, se libró una batalla legal para garantizar que Saade fuera entregado a Colombia. Finalmente, en abril de 2023, la Corte aceptó la extradición, sentando un precedente importante en la lucha contra la violencia de género.

Desde entonces, Saade ha intentado escapar en Brasil y ha realizado maniobras legales en Colombia para evitar su extradición, pero sus esfuerzos han sido en vano. Este jueves, una juez determinará el resto de su condena por el asesinato de Nancy Mariana. Martín, aunque no sabe cómo será su vida sin la búsqueda del asesino de su hija, finalmente siente algo parecido a la paz.

"No tengo ninguna necesidad de ver a Saade frente a frente", dice Martín. "Ya lo sé todo. Él es el responsable directo".

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