Ricardo García Toro, referencia de cirugía cardiovascular.
Ricardo García Toro, referencia de cirugía cardiovascular.
CIRUJANO CARDIOVASCULAR

Ricardo Fabián García Toro: “Estoy satisfecho con la carrera que hice”

Tras haber hecho la residencia en Buenos Aires y tener una experiencia laboral en Sao Paulo, García Toro recaló en Junín para seguir desarrollándose profesionalmente y lograr su lugar de referencia. En la actualidad, acumula 27 años de trabajo ininterrumpido y, junto al equipo que lo acompaña, operó a más de seis mil pacientes de toda la zona.

Nacido en la localidad de San Miguel de Tucumán, e hijo de un padre médico y una madre ama de casa y profesora de piano, Ricardo García Toro, se graduó en la Universidad Tecnológica Nacional de dicha provincia y eligió el Hospital Fernández de Buenos Aires para realizar la residencia de cirugía general.

Con el correr de los años y un trabajo arduo en la materia, se constituyó en una referencia y palabra autorizada de la cirugía cardiovascular. “La cardiología tiene tres patas: la cardiología clínica (diagnóstico de enfermedad); cardiólogo intervencionista (estudio diagnostico enfermedad coronaria); y el cirujano cardiovascular que viene a terminar el diagnóstico o tratamiento”, explicó García Toro.

Y profundizó: “La cirugía cardiovascular es la resolución quirúrgica de la enfermedad cardiológica. Por ejemplo: la cirugía de baipás desarrollada por Favaloro”. 

Medicina

Pueden existir distintos motivos que lleven a que una persona elija determinada carrera para estudiar y desarrollarse: vocación por el servicio; una “herencia” en el sentido que otro familiar lo haya hecho; un mero interés; entre otras.

En el caso de García Toro, puede decirse, que se reúnen los distintos factores mencionados por la historia de vida que presenta en la que, sin dudas, la vocación ha sido el principal motor de su desenvolvimiento.

Al ser consultado sobre el motivo que lo llevó a estudiar medicina expuso: “Mi padre era médico y murió muy joven, a los 47 años. Calculo que mucho tiene que ver con ese trasfondo socio emotivo. De hecho, los cuatro hijos somos médicos”.

Tras casarse y realizar la residencia en cirugía vascular periférica, en el Hospital Británico de la Ciudad de Buenos Aires, emigró a Brasil para tener su experiencia internacional en el mundo laboral.

“En el 94 me fui a Sao Paulo a hacer cirugía en el INCOR, donde me formé hasta el 97. Lo elegí porque era una referencia mundial y estaba más cerca que Estados Unidos”, comentó.

Acerca de dicha experiencia recordó que “fue una recepción maravillosa en Brasil. Nos recibió un médico argentino y hablo en plural porque fuimos tres personas: yo y dos compañeros oriundos de Salta y Córdoba”. 

“Fui solo primero, sin mi familia, porque mi esposa se quedó con Sol (hija) en Argentina y fue a los 5 meses allá. Lo que más se extrañaba era la comunicación con la familia que, en ese momento, lo hacíamos con el teléfono cada tanto. Veníamos cada seis meses, pero fue duro el desarraigo”, continuó.

Tras esa enriquecedora experiencia afuera, se desencadenaría un hilo que lo llevaría nuevamente a la Argentina y, más específicamente hablando, a Junín.

“Estando en Brasil, la Clínica La Pequeña Familia, paralelamente, estaba desarrollando un servicio de cardiología y el Hospital Italiano estaba haciendo una franquicia allí. En otras palabras, el servicio de cardiología del Italiano hace una especie de apéndice en La Pequeña Familia y, como había conexiones con la gente de Sao Paulo, me contactan a mí y así yo llego a Junín”, explicó.

Recomendaciones

Haciendo uso de su figura como médico y el cuidado de la salud, al momento de mencionar una serie de recomendaciones generales en la vida de las personas, manifestó que “hay factores de riesgo, o sea, causas que pueden enfermar el corazón o el sistema cardiovascular que es un todo: el corazón y las arterias que forman parte del sistema circulatorio que puede estar afectado por distintos factores”.

“Tenés factores de riesgo modificables como es el tabaquismo, sedentarismo, hipertensión o sobrepeso, que hacen al daño directo; y los no modificables que son los hereditarios, que no tienen que ver con lo que uno le pueda causar daño. Vienen innatas”, conceptualizó.

En tal sentido, señaló: “Hoy por hoy la medicación principal que uno tiene para poder prevenir la enfermedad cardiovascular no se vende en las farmacias, a pesar de que es la más barata y la que más cuesta: la actividad física”. 

“Esta conlleva a la falta de sedentarismo, a la no diabetes, a evitar obesidad y, por ende, a una vida sana. Ese es el mensaje principal que debe recibir la población y, muchas veces, es la medicación que más cuesta incorporar”, consideró.

Además de la importancia de la actividad física, también dedicó una serie de palabras a la importancia sobre la prevención. Al respecto, expresó: “La prevención cardiovascular se divide en dos grupos: primaria, como hacer que el paciente no se enferme, relacionado a lo que dije antes; y la secundaria, cuando ya has desarrollado hipertensión, obesidad, has enfermado tu sistema respiratorio, y tenés que actuar a través del cardiólogo”. 

“Hoy la expectativa de vida es de 75 u 80 años y en el futuro sea mayor porque se está trabajando mucho en la prevención y hábitos saludables. Hay que tratar de que la gente no se enferme y trabajar en la prevención”, enfatizó.

Junín

Su relación con nuestra ciudad, de la cual ya es un adoptivo, puede decirse, comenzó hace casi cuatro décadas. Estando en Sao Paulo, recibió un llamado para continuar desarrollándose laboralmente en un proyecto local y aceptó.

“Llegué con mi señora y mi hija de tres años el 1 de mayo del 97. Me convocaron para el grupo de cardiología en La Pequeña que estaba formada por José Magni, Normando Córdoba y Sergio Caldirola, en el que yo haría cirugía cardiovascular”, recordó.

Y añadió: “Éramos cuatro jóvenes de 32 años que venían a desarrollar un proyecto. Vinimos con el apoyo del Hospital Italiano y, a través del tiempo y mucho esfuerzo, pudimos desarrollar Cardio Junín: un servicio que durante 20 años funcionó en La Pequeña”.

“Hasta el 2015 estuvimos ahí y, en diciembre, hacemos el desembarco en la Clínica Centro ya con el nombre de ´Instituto de Cardiología Core´, cuando comienza una nueva etapa y tuvimos que armar todo de cero”, detalló.

Lo profesional fue lo que lo llevó a arribar a nuestra ciudad, pero lo percibido, junto al desarrollo de su familia, los motivos que llevaron a quedarse. De hecho, él mismo se considera como un juninense más. “Llevo más tiempo en Junín que lo que he vivido en Tucumán”, dijo.

“Llegué en el año 97 y era una ciudad pequeña. Pasaron 27 años y es una ciudad que es un polo de desarrollo de salud. En el noroeste de la provincia es la que mayor desarrollo tiene en la salud privada”, analizó sobre lo que representa nuestra ciudad.

“No hay ciudad en la cercanía que se compare a Junín en lo que respecta a vialidad e ingresos a la ciudad. La imagen que uno se lleva cuando está ingresando desde la ruta 7 es maravilloso y marca una diferencia con el resto de la zona”, opinó. 

Más allá de lo que hace al aspecto sanitario e infraestructura, García Toro también hizo foco en la forma de vivir: “La calidad de vida y la idiosincrasia son cosas sumamente encantadoras: es linda a la vista; tiene mucho desarrollo gastronómico; una laguna, que ahora está seca, pero la he disfrutado muchísimo; mucha gente joven; y una facultad que es maravillosa”.

Un aspecto no mencionado hasta el momento es lo que hace al deporte, el cual representa una de las pasiones de García Toro. Si bien es un fanático del triatlón, y tiene un pasado como jugador joven de rugby en Tucumán, esta faceta, y sobre todo en lo que hace al fútbol, es otro de los vínculos que ha tenido en Junín.

“Mi papá era de San Martín (Tucumán), y yo por añadidura también. La única vez que fui a la cancha fue en el 75, cuando jugaba en la A, contra Independiente, y estaba Santoro en el arco”, rememoró.

Y aseguró: “Me da pena porque, al no ser del fútbol, te saca mucho de la conversación social en las mesas porque todos siempre hablan de Sarmiento”.

Cierre

Cuando tuvo que hacer un balance personal expuso: “A pesar de las dificultades sanitarias que tenemos hoy, que son inmensas e inconmensurables, la seguimos peleando. Estoy satisfecho con mi carrera, me he podido desarrollar plenamente”. 

“Junín tiene un techo y el desarrollo tiene que ver con el techo que uno tiene. En Sao Paulo es mayor al techo que tenés acá, en Capital también es diferente”, comentó.

“El trasplante cardíaco no lo podés hacer en cualquier lugar. Me hubiera gustado poder hacerlo acá, pero la infraestructura no está preparada para eso”, ejemplificó. 

Sin embargo, eso no fue complejidad para tener una gran carrera y, de hecho, los números así lo marcan. “Operamos a más de 6 mil pacientes cardíacos desde Pergamino hasta Chivilcoy, y desde Salto o San Pedro a Trenque Lauquen, en un área de 200 mil habitantes”, informó.

Por último, expresó: “Ha sido una trayectoria positiva. Creo que cuando estaba en Sao Paulo y me decían ´Junín´, yo decía que vine a Brasil para volver a los grandes centros en Buenos Aires y terminar mis años ahí”. 

“Haciendo un análisis retrospectivo puedo decir que Junín fue un gran desafío y una decisión acertada, no solamente en el plano médico, sino también en el familiar”, concluyó.

COMENTARIOS