Las calles de Rosario, vacías.
Las calles de Rosario, vacías.
ROSARIO, ENVUELTA EN EL MIEDO

El drama de los juninenses que viven otra “cuarentena”, ahora forzada por la violencia

El sábado pasado, el homicidio de Bruno Bussanich, con sello sicario, dio vuelta la ciudad de par en par. “No está para nada bueno porque uno piensa que le puede tocar en cualquier momento”, afirmaron a Democracia.

La ciudad de Rosario se tiñó de sangre, miedo y sobre todo terror. Es foco de atención porque el riesgo de vida es total, las amenazas de muerte son contundentes y la ciudad está tan vacía que parece desolada en cualquier momento del día. 

El sábado, el homicidio de Bruno Bussanich, con sello sicario, dio vuelta la ciudad de par en par. La víctima se encontraba realizando su labor en una estación de servicio como cada día de su vida cuando una persona con buzo azul y negro lo tomó por sorpresa y lo mató de tres balazos por "venganza". ¿Venganza de qué? De las nuevas normativas que tomó el gobernador de Santa Fe dentro de las cárceles por los problemas de narcotráfico. 

En este contexto, varios juninenses contaron a Democracia cómo es vivir actualmente en la ciudad de Pobres Corazones, inmersa en una nueva cuarentena forzada por los ataques del llamado “narcoterrorismo”.

Al respecto, Juan Cruz Albergamo expresó: “Toda la situación que se vivió en los últimos días a uno lo atemorizan, se está con mucho más miedo, empezás a tener cuidado a las horas en las que se sale, y en los lugares en los que se circula”. 

“También es cierto que la mayoría de los que venimos de ciudades del interior hacia Rosario, vivimos en una zona que no es una zona peligrosa o donde han ocurrido hechos de inseguridad tan graves como los que sucedieron en los últimos días”, aclaró. 

“El problema es la zona oeste, zona sur, entonces uno vive una realidad distinta a la realidad que se vive en estos barrios donde han ocurrido estos hechos. De todas maneras, uno empieza a tener cuidado en los horarios en los que sale, empieza a acompañar a familiares, amigos a la salida del trabajo, del estudio, por una cuestión de ir un poco más seguro”, señaló.

“Es una realidad que Rosario ya hace un tiempo largo que viene teniendo con estas situaciones, y no es una cuestión de los últimos días tampoco”, manifestó. Por ejemplo, en lo que es la universidad, “se ha empezado a hablar de que en ciertos horarios es mejor tener clases virtuales, y ver a qué hora se sale. Es que el transporte público está limitado y es muy probable que siga limitado en ciertos horarios y por cuestiones de inseguridad”, concluyó.

 

“No estuve saliendo a la calle”

En la misma línea, Micaela Portero afirmó que “la situación acá en Rosario es bastante preocupante. Ahora como que aflojó un poco, pero este terror que están imponiendo, no está para nada bueno porque uno piensa que le puede tocar en cualquier momento”. 

“Los días anteriores que hubo paro de colectivo, de taxi y de estaciones de servicios, no estuve saliendo a la calle, la gente tampoco, las escuelas no abrieron y donde yo trabajo tampoco hubo que ir porque, bueno, trabajamos con niños y es bastante peligroso”, explicó. 

“No está bueno porque tampoco podés salir a la calle con el uniforme, con ambo, hay que tener un cuidado bárbaro; subirse a un colectivo da pánico porque mataron a colectiveros en plenas zonas bastante transitables y a plena luz del día, así que da bastante miedo”, expresó. 

“Pero es como que uno también tiene que seguir con su vida, no se puede frenar todo tanto tiempo, y me replanteo el seguir viviendo acá o no. Junín está bastante más tranquilo, así que a veces pienso en volver”, sostuvo. 

“Ahora aflojó un poco acá el pánico que había. El domingo, lunes y martes estuvimos todos como muy alertas a ver lo que sucedía y hoy como que de a poco la gente ya va reanudando todo”, cerró.

 

“Terror y miedo”

En diálogo con TeleJunín, el periodista de Rosario Sergio Roullier, que vivió y trabajó durante varios años en Junín, afirmó que “todo se desmadró con cuatro atentados criminales con víctimas civiles como dos taxistas, un colectivero y un empleado de una estación de servicios a quienes asesinaron a sangre fría el último fin de semana. Esto hizo que la ciudad se vistiera de terror y miedo, a raíz del narcoterrorismo que las propias autoridades denominaron”. 

Además, “esto hizo que la ciudad quede paralizada, no hay transporte público desde el ataque al colectivero, no hay taxis durante la noche, no hay expendio de combustibles después de las 22, no hay actividad académica y educativa. Los centros de salud atienden con guardias mínimas”, agregó.

Esto ha hecho que “se haya tomado cartas en el asunto con la presencia de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich para anunciar un operativo de seguridad y al mismo tiempo la participación de las fuerzas armadas en cuestiones logísticas para avanzar en zonas críticas para hacer frente a una coyuntura en la que ahora hay víctimas civiles con ataques ordenadas desde las unidades penitenciarias”, subrayó Roullier.

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