Comparación del impacto de la sequía en un campo de la zona.
Comparación del impacto de la sequía en un campo de la zona.
ADIÓS A LA “SUPER COSECHA”

Las lluvias no lograron reponer los rindes perdidos por la ola de calor en la Región

“Los cultivos que sufrieron estrés hídrico y mucho calor no tienen reversión”, afirmó Rosana Franco, de la FAA de Junín. Y anticipó una campaña regular, aunque mejor que la anterior, cuando la sequía hizo estragos en el campo.

Las lluvias de febrero, que alcanzaron el promedio histórico de los últimos 30 años, no lograron compensar los efectos negativos de la ola de calor de fines de enero sobre la zona núcleo, según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), que además avizora un "escenario desafiante para los productores" desde el punto de vista económico.

El reporte de la BCR revela que áreas como Montes de Oca (Santa Fe), Pozo del Molle (Córdoba) y Carlos Pellegrini (Santa Fe) recibieron acumulados significativos de 266 milímetros (mm), 241 mm y 243 mm, respectivamente, mostrando una notable variabilidad en la distribución de las lluvias.

"Este patrón heterogéneo implicó que, mientras algunas zonas se beneficiaron ampliamente, otras quedaron aún en espera de más precipitaciones para alcanzar condiciones óptimas de humedad en el suelo", señala el análisis.

En este sentido, la situación para los cultivos es variable, por ejemplo, "la soja de primera mostró una recuperación notable en la última semana de febrero, con un 75% de los lotes en condiciones excelentes a muy buenas, un avance de 15 puntos porcentuales", precisó la BCR.

"La soja de segunda también exhibió mejoras, con un 40% de los lotes en condiciones excelentes a muy buenas y el rinde promedio estimado en la región se mantiene en 36 qq/ha (quintales por hectárea)", agregó.

Respecto del maíz, la entidad rosarina postuló que "los cultivos tardíos que recibieron lluvias justo antes de la floración presentaron mejores condiciones, aunque no de manera uniforme en toda la región".

Desde el punto de vista económico, el análisis de la BCR sobre la campaña de trigo 2024/2025 anticipa un "escenario desafiante".

"Con un margen negativo de -165 US$/ha (dólares por hectárea) para campos alquilados y un modesto margen de 13 u$s/ha para campos propios, basado en un rinde de 40 qq/ha, los productores enfrentan una presión económica considerable", remarcó la entidad.

En tal sentido, puntualiza que "el rinde de indiferencia, aquel necesario para cubrir costos y gastos, se ubica entre 42 y 52 qq/ha para campo propio y alquilado, respectivamente, marcando un aumento significativo respecto al ciclo anterior".

Por su parte, "el deterioro de la relación insumo/producto, especialmente en lo que respecta a la urea, cuyo precio se sitúa en 750 u$s/tn (dólares por tonelada), frente a un precio del trigo que ha retrocedido a 180 u$s/tn para la posición a cosecha de la campaña 2023/2024 y 2024/2025, subraya aún más las dificultades que enfrentan los agricultores", se explaya.

"Esta situación pone de manifiesto la necesidad de una gestión cuidadosa de los recursos y la adopción de estrategias que permitan navegar un contexto agrícola cada vez más complejo", evaluó la BCR.

En Junín

Rosana Franco, presidenta de la filial local de la Federación Agraria Argentina (FAA), afirmó a Democracia: “Las lluvias de febrero sirvieron para las sojas de segunda y el maíz de segunda y vinieron muy bien para las pasturas. Los cultivos que sufrieron estrés hídrico y mucho calor no tienen reversión. Se quemaron las flores de muchos lotes de soja y en maíz ocurrió que quemó plantas y aceleró el proceso de secado de las plantas”. 

Con respecto al ánimo de productor agropecuario y las pérdidas económicas, afirmó: “Va a ser difícil la ecuación matemática. Las deudas van atadas al dólar de $800. Los cereales a nivel mundial están en baja y la cosecha será regular. Los números serán mejores que la campaña anterior, pero muy lejos quedó la super cosecha. Será un año difícil, pero seguimos apostando a producir”.

Gustavo Frederking, dirigente de Carbap, afirmó: “El campo está más que nunca con los ojos centrados en la cosecha, su única mirada es que llegue la cosecha y ver cómo termina, porque fue muy duro ver lo que nos pasó el año pasado, ver cómo se morían los cereales, somo productivistas, no es por el dinero. Pasó un poco más de un año, después de toda esa sequía atroz que tuvimos, que parecía el desierto del Sahara, después tuvimos una helada, que fulminó los cultivos. Eso hace que el productor, hoy, esté pensando mucho en eso, lo único que le importa es poder cosechar”.

Y agregó: “Hasta que no esté la máquina, nunca sabemos. Cuando se hablaba de super cosecha, siempre fui cauto, porque es una actividad a cielo abierto, podés tener situaciones climáticas muy adversas, que cambian repentinamente. Nosotros necesitamos para que un cultivo se desarrolle de dos cosas, de la lluvia y de la napa, y lo que es napa no lo tenemos más, se perdió. Un ejemplo es la Laguna de Gómez, Mar Chiquita, cuando hay buena napa, las lagunas están con agua”. 

Mesa de Enlace bonaerense

La Mesa de Enlace Provincial, integrada por la Sociedad Rural Argentina, Federación Agraria Argentina, Carbap y Coninagro, se reunió, ayer, y planteó quejas a la Provincia por “inconsistencias” en las partidas inmobiliarias rurales. 

Así, los ruralistas decidieron enviar al gobernador Axel Kicillof una nota para expresar que, “en muchos casos, se vulneran los topes aprobados en la ley fiscal 2024 para las distintas escalas de establecimientos rurales, y que fueran aprobadas por los diputados y senadores”.

En dicha misiva, se le solicita a Kicillof posponer el vencimiento de la primera cuota del Impuesto Inmobiliario Rural, hasta tanto se regularicen las situaciones planteadas.

Al mismo tiempo, se solicitó “reinstaurar los beneficios por Buen Contribuyente y adhesión al débito automático o pago electrónico que fueron quitados imprevistamente por ARBA.

Bajo ningún concepto el productor debe pagar un impuesto que supere el tope del 200% real de aumento”, aseveraron.

Desde la Mesa de Enlace de la Provincia de Buenos Aires advierten que “el incumplimiento de lo aprobado en la ley fiscal, excediendo la capacidad contributiva del productor agropecuario, ocasionara un perjuicio recaudatorio a la provincia, más allá de acciones de litigiosidad que serían evitables”.

“Lo aprobado por la Legislatura provincial en la ley fiscal 2024 es de por sí un importante esfuerzo del productor agropecuario para con las arcas provinciales, en las actuales condiciones climatológicas y productivas, que no debiera ser desestimado”. 

Pérdidas para el sector

El valor de la producción agrícola perdió US$ 4.700 millones en los primeros dos meses del año debido a la drástica caída de los precios internacionales de los commodities que afectó fuertemente el Valor Agregado Bruto del Agro (VAB Agro) de la cosecha 2023/24, informó la Bolsa de Comercio de Rosario.

"Las periódicas lluvias del último trimestre ponían fin a la peor sequía de la que se tuviera registro en los últimos 60 años; dos meses después, sin embargo, no sólo la ola de calor de febrero cortó de un saque el potencial de rindes en la región, sino que la cotización internacional de los commodities sufrieron un derrotero bajista, que deja a los precios de exportación argentinos 35% debajo de los que se registraban a la misma altura del año pasado", precisó el informe semanal de la entidad.

En consecuencia, el VAB Agro para 2024 se proyecta a febrero en US$ 10.453 millones, con una caída de US$ 4.700 millones por debajo de la proyección de diciembre.

La soja y el maíz explican 80% de esta caída debido a la ola de calor de febrero que recorto el rendimiento proyectado de los cultivos recortando la producción esperada en cuatro millones de toneladas.

Además, la combinación de caída de precios recibidos por el productor y aumento de los costos "ajustó fuertemente el valor agregado por este eslabón clave de la producción argentina", ponderó el relevamiento.

Estas cifras reflejan que, si bien el VAB Agro muestra una fuerte recuperación post sequía, será el segundo valor más bajo desde la campaña 2018/19, con casi 20% por detrás del valor promedio del producto agrícola de los últimos cinco años.

También, la caída en los precios a nivel macroeconómico impacta negativamente en el comercio exterior, siendo las cadenas agroalimentarias las principales proveedoras de divisas para Argentina.

Las exportaciones de granos, aceites, harinas y derivados se proyectan en US$ 31.300 millones para la campaña 2023/24, US$ 4.500 millones por debajo de lo previsto en diciembre.

"Este ingreso de dólares superará al del año anterior ya que la feroz sequía deja la vara baja, pero suavizamos el resultado tomando el promedio de los últimos tres años, el valor de las exportaciones previsto para el nuevo ciclo se ubica 18% por debajo", sostuvo el informe.

De este modo, la caída internacional de precios de los commodities agrícolas -que desde el máximo relativo en mayo de 2022 a la fecha cayeron 50% en el mercado de Chicago- tuvo su correlato en el precio interno de los granos.

COMENTARIOS