Iñaki
MARKETING APLICADO

Iñaki

El recorrido del cliente.

Hace un par de semanas un joven asesor del nuevo presidente fue despedido por compartir una foto personal desde la cuenta oficial de Casa Rosada. Tiempo atrás se viralizó un video del comienzo del nuevo año en París, con un marco de fuegos artificiales impresionante, la Torre Eifel como testigo, la gente con sus celulares grabando el momento y, de alguna manera, perdiéndose la posibilidad de vivirlo plenamente. Muestras de una realidad que quiero repasar en esta columna. 

¿Qué nos pasa?

Circulan links con noticias que nunca leímos, pero juzgamos con dedo acusador; fotos falsas; audios que no sabemos de dónde vienen, pero los reenviamos, y momentos compartidos que nunca disfrutamos sino por intermedio de este placer posterior: el que nos llega por “pasarlo” al otro, un tercero que ni siquiera conocemos, porque nos genera placer pensar que los otros piensan que la pasamos bien, aunque no siempre sea cierto. 

Nos apuramos en compartir una noticia en un grupo para ser los primeros, aunque no nos damos cuenta de que alguien más ya lo hizo dos horas antes porque no le prestamos atención al otro; porque prima lo que yo tengo que decir, una escucha digital inexistente; poque buscamos prevalecer, compartir, influenciar. 

Me parece un poco triste la situación, refleja cómo estamos viviendo. Hemos perdido la capacidad de comer o viajar sin sacar fotos o grabar un video. Estamos viviendo la vida como si fuera un set de televisión, una narrativa que no tiene pausa. Sucede todo el tiempo: la realidad y el registro de la realidad, en vivo. 

Estamos, pero no siempre estamos, porque estamos generando contenidos. ¿Y qué es lo que mostramos en las redes? Experiencias. Todo es una experiencia para compartir. Sí, también si me tomo un mate y cae el sol, porque eso refleja que soy un ser profundo, reflexivo, que analiza lo que viene. 

Es la cultura de la influencia, históricamente un capital de las marcas que operan para construir preferencias, una realidad que hoy llega a los individuos, que con la misma lógica marketinera quieren diferenciarse, posicionarse y ser elegidos. Por una pareja, un trabajo o solo por ego. Una socialidad digitalizada de la que no reniego, pero me interesa marcar una postura al respecto. Guardate algo, conservá algunos recuerdos solo para vos, en tu memoria, y dedicate a vivirlos, ahí, en ese momento, porque es probable que cuando los estés registrando pierdas el registro.

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