En 2023 ingresaron a la universidad unos 2500 estudiantes.
En 2023 ingresaron a la universidad unos 2500 estudiantes.
GASTOS ESTIMADOS EN INSTITUCIONES PÚBLICAS

Estudiar en Junín cuesta al menos $150 mil por mes para los jóvenes de la Región

El presupuesto incluye el costo de alquiler, alimentos, servicios, transporte y algunos materiales universitarios. Los valores se hacen cada vez más elevados y se estima que sigan aumentando para el año que viene.

Todos los años jóvenes de distintos pueblos y ciudades de la región llegan a Junín para continuar sus estudios en la Unnoba y en institutos terciarios. Algunos eligen viajar a diario para tener sus clases, pero hay quienes prefieren asentarse cerca de la institución educativa. Para esto, las familias hacen cuentas para afrontar los gastos que conlleva una mudanza, que resultan ser significativos.

En estas fechas las inmobiliarias comienzan a recibir consultas, “pero lamentablemente con la poca oferta de alquileres, no se puede satisfacer los pedidos. La gran mayoría, intenta alquilar con un compañero/a para solventar mejor los gastos”, expresó Gastón Urrutia, martillero juninense.

La mayoría busca en la zona cercana a la Unnoba, pero ante la poca oferta, “se adaptan a la ubicación, ya que las distancias no son tan grandes. Hay muy pocas propiedades en alquiler por el momento. En los meses de noviembre y los primeros días de diciembre, se registraron muchas consultas, ya que buscan con tiempo para lograr alquilar cercano a la Universidad o al instituto que asistan”, agregó Urrutia. Es de destacar que, actualmente, el alquiler de un departamento de 2 ambientes, dependiendo la ubicación y el tamaño, no baja de los 70 mil pesos mensuales.

Familias en la búsqueda

Desde Leandro N. Alem, Silvana Arce, docente y mamá de Miranda, busca alquiler para que su hija se vaya a estudiar abogacía a Junín. “Viajar todos los días en colectivo no es una buena opción porque hay pocos horarios y los colectivos no tienen regularidad. Entonces empezamos a ver departamentos, monoambientes, algo chiquito para que en febrero pueda estar allá”, explicó Arce. 

Pero la familia aún no concretó nada. “Conseguimos a través de gente conocida opciones de dueño directo y hablamos con inmobiliarias. Pero estamos mirando, viendo los precios. Somos empleados públicos y tenemos un presupuesto acotado. Miramos monoambientes y pensiones y todo es alrededor de 50 mil pesos. Y para arrancar entre el depósito, el mes de alquiler, la garantía y los sellados se hace un monto bastante importante”, señaló Arce. A partir de ahora, para Arce “hay que organizarse, nosotros tenemos previsto el tema comida, cocinar acá en casa y que se lleve”. 

Para ahorrarse el transporte dentro de Junín, la familia baraja la idea de llevar una bicicleta. “En cuanto a utensilios y muebles, en nuestro caso no necesitamos comprar nada porque la hermana mayor terminó este año de estudiar en Rosario y tenemos todo”, agregó. 

Ante el panorama complejo para conseguir un alquiler, la familia Arce está explorando soluciones alternativas. “Estuvimos hablando con algunas familias y hasta analizamos la posibilidad de pagar entre cuatro estudiantes un servicio de remis, para que los lleve y traiga de la universidad porque la frecuencia de los colectivos no sirve. Por lo pronto, ésta podría ser la solución durante los primeros meses hasta regularizar los horarios de cursada”.

Entre las alternativas que estuvieron pensando es la de compartir gastos con otra persona. “Tampoco la descartamos viendo los costos al día de hoy y sabiendo que a lo largo del año van a aumentar seguramente. Cuando visitamos departamentos y pensiones, todos nos mencionan que va a haber variaciones de precios. La mayoría de los contratos son por seis meses y algunos anuales”, afirmó Arce.

Para la familia oriunda de Leandro N. Alem, “irse a vivir a una ciudad es un desafío muy importante para un adolescente. Valoramos la posibilidad de que puedan estudiar en una universidad con prestigio como la Unnoba, cerca de nuestro pueblo. Para nosotros es muy importante sobre todo por la calidad educativa. Hoy la incertidumbre económica y también sobre el futuro de la educación pública es muy grande”.

Las experiencias

Uno de los casos de estudiantes que vienen de la Región a estudiar a Junín es el de Brisa Ramos Leiva, que se mudó en 2021 desde Vedia para estudiar enfermería en la Unnoba. Antes había probado suerte en la carrera de medicina en Buenos Aires, pero con la pandemia volvió más cerca de su casa y su familia. 

Hoy, todos sus gastos suman alrededor de $150 mil mensuales, incluyendo alquiler, comida, artículos de higiene, transporte y servicios. Para solventar estos costos recibe ayuda de su familia, trabaja en el cine los fines de semana y, además, cuenta con una beca para cubrir materiales universitarios. 

Al principio vivió con una amiga, y luego encontró un departamento que se adaptaba a sus necesidades. “Tuve que poner los tres meses de alquiler que piden para empezar, por suerte contaba con algunos muebles y otros me los fueron dando familiares”, comentó Ramos Leiva. Entre sus gastos se encuentra el alquiler, que paga $50 mil, electricidad, que pagó $25 mil por ser la calefacción eléctrica; expensas le cuestan unos $6 mil cada mes y otros $6 mil de servicio de internet. El resto es para alimentos, transporte y materiales. 

A principio de año Ramos Leiva optó por adquirir los libros que necesitaba. “Pero después se me hizo mucho gasto entonces voy sacando fotocopias según el material que vamos usando. De todos modos, cada vez que saco fotocopias, mínimo gasto unos $2 mil”, comentó. 

Entre la inversión inicial que requiere alquilar, hay que sumarle los costos de los muebles que hacen falta para equipar la casa: una mesa de pino con dos sillas ronda entre los $30 y $40 mil, una cama de una plaza de pino entre los $20 mil y el colchón dependiendo la marca, desde al menos $20 mil. Entre lo más caro se encuentra la heladera: hay chicas por más de $200 mil y heladeras grandes por encima de $400 mil.

Entre sus compañeros, “hay algunos que les es imposible alquilar algo y viajan todos los días para cursar. Para mí es desgastante para el cuerpo ir y venir, te saca tiempo para estudiar, y además la oferta de transporte está muy limitada. Por ejemplo, para ir a Vedia tengo dos horarios de colectivos, uno a las 12 del mediodía y otro a las 8 de la noche”, indicó Ramos Leiva. El pasaje a Vedia actualmente está a $800. 
En el caso de los juninenses, la situación es más sencilla pero no está exenta de dificultades. Por ejemplo, el estudiante de enfermería Emiliano Petta tiene 23 años y vive con su familia. Pero para solventar sus gastos trabaja los fines de semana en Saforcada. “Si tuviera que mudarme y alquilar sería imposible para mí, sobre todo con este contexto”, reconoció. 

En cuanto a gastos “el año pasado me tuve que comprar el ambo y los elementos de control de signos vitales, y lo hice gracias a una de las becas, estos elementos son muy caros. Desde Bienestar me han ayudado muchísimo”, explicó Petta, quien además en verano trabaja como guardavidas para ahorrar para sus estudios.

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