FÚTBOL

Juan José Balmaceda: Defensor morenista de la década del '60

Jugó en el Albinegro y pasó a la Liga de Chacabuco, donde fue campeón con River Plate.

Nací en Junín en Intendente de la Sota y Chile, cerca de la famosa alcantarilla donde pasa el tren del San Martín.

Tengo una historia muy particular porque perdí a mi vieja siendo muy chico y mi hermana cumplió el rol de madre. Aun así con mis hermanos tuvimos una infancia muy feliz.

Hice hasta sexto grado y tuve que ir a trabajar, no había otra salida. Me tomaron en el frigorífico Ferrari y paralelamente comencé a jugar a la pelota.

A tres cuadras de casa había un campito y ahí jugaba al futbol, con el Bocha Corro, los López, entre otros.

Un día apareció un señor en una bicicleta y se quedó hasta que terminaramos de jugar. Eran don Bozzano. Me llamó y me dijo si no estaba fichado en ningún club, le dije que no y me invitó a jugar en Mariano Moreno.

Lógicamente le dije que sí y me dio una tarjeta para ir a ver al día siguiente a Romero. Antes había mucha gente que se dedicaba a buscar jugadores en todos los campitos de la ciudad. Hoy no se ve eso.

Me presenté al otro día con la idea de entrenar y me llevaron al Sanatorio. Me revisaron completo y a la semana recién me autorizó a jugar. Estaba Somma de presidente.

Arranqué en la quinta división. Estaba Cocoa Tomeo, Caligiuri. Tuve la famosa anécdota del gol en contra.

Tuve como ténicos a Chulín Tablada, Tatá Gnazzo. Este último me promovió a la cuarta. Era un tipo que te enseñaba a jugar al fútbol, te corregía los errores para que progresaras.

En esa época se llenaba la cancha. Iban a ver la quinta que jugaba los sábados. Los domingos jugaba la cuarta y la primera. Después fue la reserva y la primera.

Yo jugaba de dos y costaba llegar a la primera división porque estaba el Gato Rebecco, un fenómeno, el Vasco Echarri, eran jugadores de primera línea que siempre estaban vigentes.

Llegué a jugar a primera en los nocturnos que se jugaban en cancha de Sarmiento. Enfrentamos unos equipazos de ese entonces como B.A.P., Ambos Mundos y Villa Belgrano. Hicimos una gran campaña.

Lo que sucedió es que entré a trabajar en el Ferrocarril en Vía y Obras. Me mandaron a Chacabuco, pala y pico en mano.

No podía venir a practicar a Junín y me puse a jugar allá para despuntar el vicio. Se había Toreado contra el Rancho la Cambicha e hicieron un partido. El Rancho la Cambicha era donde se hacían los bailes en Chacabuco y detrás había una cancha de fútbol. Ahí jugamos y ganamos.

Vino un tal Cordero, representante de River de Chacabuco y logró sacar el pase de Moreno, juntamente con el del negro Funes. Salí campeón con River de Chacabuco y después pase a Rivadavia de Chacabuco, donde llegamos a la final.

Volví a Moreno y en un partido de primera contra Villa Belgrano me lesioné los meniscos. Me operó el Dr. Montani y no pude jugar más profesionalmente. Me quedó una legión de amigos en Moreno.

Hoy no hay fútbol. Lo que valdría hoy un Vasco Echarri, el Gallego Varela. Sarmiento tendría un equipazo con gente de Junín. Hoy el Verde tiene un solo valor de Junín.

Acá se terminaron los campitos y se acabó todo. Y no hay gente que se preocupe. Traen todos de afuera, no sienten la camiseta.

¿Maradona o Messi? Maradona. Yo me hice en un campito y Maradona es el del potrero. Messi es un gran jugador, lo admiro. Pero no lo veo tirar tantos caños, sombreros, Maradona era de toda la cancha. Se cargaba la selección al hombro y salíamos adelante siempre.

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